El insólito hecho, por el que se investiga a funcionarios y personal de seguridad, sucedió el 12 de octubre pasado. Aquel día se efectuó una comunicación telefónica desde uno de los juzgados de Garantías con sede en los tribunales de Azul a la comisaría con asiento en Tapalqué y al llamado lo respondió un detenido.
La insólita situación, propia más de una película que de la realidad, sucedió el pasado 12 de octubre en horas de la mañana.

Teniendo en cuenta que desde días antes se habían recibido en un juzgado de Garantías con asiento en los tribunales de Azul varios reclamos de personas privadas de la libertad en la Estación de Policía Comunal de Tapalqué, detenidos que afirmaban que no estaban teniendo contactos con su Defensa Oficial, desde esa dependencia judicial se decidió comunicarse con dicha seccional policial.

Juan José Suárez, el magistrado a cargo del Juzgado de Garantías 3, en respuesta a ese pedido de los internos dio instrucciones para que se llamara por teléfono a la Comunal de Tapalqué.

La idea era conocer más a fondo los motivos relacionados con lo que los presos afirmaban. Y según lo que le refirió a uno de los secretarios de su juzgado, el magistrado quería proporcionarles a los detenidos que efectuaban el reclamo, por intermedio del policía que atendiera esa comunicación telefónica, los números de la Defensoría Oficial en cuestión -o de la General departamental- para que esas personas privadas de la libertad pudieran tener acceso a sus representantes legales del Estado.

Pero aquel jueves 12 de octubre, cuando se efectuó el llamado telefónico a la Estación de Policía Comunal de Tapalqué desde Garantías 3, sucedió algo que ahora es materia de una investigación penal, ante la sospecha de la posible comisión de un denominado “delito de acción pública”, según se refiere en las actuaciones que se están llevando adelante.

A esa comunicación al teléfono fijo de la seccional policial la respondió una de las personas que se encuentra detenida en la Comunal con asiento en la vecina ciudad, distante a poco más de cuarenta kilómetros de Azul.

Además, a modo de otro ingrediente que vuelve más absurda a la situación, en lo investigado figura que ese preso que atendió el llamado efectuado desde Garantías 3 se encuentra actualmente privado de la libertad por disposición del magistrado a cargo de dicho juzgado. Y que la medida cautelar había sido ordenada en el marco de una causa por… estafas telefónicas.(Diario El Tiempo)

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